Comentario
La imagen clásica de la agricultura china está vinculada al arroz, pero el producto agrícola por excelencia en la antigua China fue el mijo. A mediados del primer milenio después de Cristo empieza a despegar el cultivo del trigo, debido a la mejora de los sistemas de molienda, mientras que el arroz llegó algo después, gracias a la expansión del regadío en las regiones del sur y del valle del Yangzi. El sistema comercial español, a partir del siglo XVI, permitió la llegada a China de nuevos productos procedentes de América, como el boniato, la patata, el tabaco o el maíz. A partir del siglo XVII se estableció regionalmente la producción, utilizándose el río Yangzi como línea delimitadora: en el norte se cultivaría trigo y el sur quedaría casi reservado para el arroz. Los terrenos de zonas montañosas estarían ocupados por toda una amplia variedad de cultivos.
Desde el siglo XIV las ropas fueron confeccionadas con algodón, introducido en China desde la India y el sureste de Asia. Hasta esa fecha, el cáñamo o el ramio eran las fibras utilizadas por la amplia masa de población para la confección de vestidos, mientras que las clases acomodadas vestían con ropas de seda. La mejora fue considerable ya que el algodón abriga más que el cáñamo, absorbe mejor la humedad y la cantidad de cultivo por hectárea es mayor.
La agricultura china también proporciona una amplia variedad de productos autóctonos, como variedades de guisantes, melones amargos o coles entre las verduras o lichees y longans entre las frutas, sin olvidar el cultivo del arbusto del té, la soja, el árbol tong -empleado su aceite para impermeabilizar o insecticida-, el árbol de laca o el bambú.
Desde el siglo XVII se produjo en China un significativo aumento del cultivo del tabaco, mientras que el opio empezó a cultivarse como droga a principios del siglo siguiente, si bien su zumo se había empleado como calmante en la medicina china tradicional. El cultivo de adormideras provocó el despegue económico de Manchuria y el sureste chino durante el siglo XIX y principios del XX.
Debido a la escasez de zonas de cultivo, en las regiones más cálidas se aumentó la producción, recogiéndose dos cosechas, bien de arroz o arroz y trigo. Incluso en ocasiones las verduras proporcionan una tercera cosecha. El sistema de rotación de cultivos vendría motivado por la conservación de la fertilidad del suelo y para evitar las plagas, desconociéndose la práctica del barbecho. En algunas regiones se llegaría a incrementar la producción empleando cultivos en simbiosis -plantar judías en torno a las moreras- o simultáneos -siembra de judías entre las zanjas de arroz-.